En primer lugar, es importante comprender las diferencias entre el vómito y la regurgitación. El vómito es un proceso más agresivo que implica arcadas y arcadas antes de que la comida salga de la boca de tu gato. La regurgitación es un proceso pasivo en el que la comida se escupe, a menudo sin digerir, en forma de tubo largo.
Razones comunes por las que los gatos vomitan
A pesar de lo elegantes y ordenados que son los gatos, a veces pueden ser asquerosos. Desafortunadamente, el vómito es un hecho de la vida, especialmente para los padres de los gatos. Si ve que su gato vomita solo una vez, en lugar de varias veces seguidas, es probable que sea por comer demasiado rápido o por intentar deshacerse de una bola de pelo. Hay formas de ayudar a tu gato a reducir y tratar las bolas de pelo . También puede ser causado por una mala alimentación, lo que puede causar problemas digestivos que pueden aliviarse con los suplementos y el tipo de alimentación adecuados.
Razones más preocupantes para que tu gato vomite:
- Infección
- toxinas
- tumores
- Insuficiencia renal
- pancreatitis
- insuficiencia hepática
- Colitis
- alergias
- inflamación de la vesícula biliar
- Parásitos
- Desórdenes neurológicos
- Náuseas postoperatorias
- Estreñimiento
Es importante consultar a su veterinario si su gato vomita repetidamente, ya que cualquiera de estos problemas preocupantes podría ser el culpable.
¿Por qué los gatos comen su vómito?
Los expertos no están realmente seguros de por qué los gatos hacen esto. Existen algunas teorías… Si tu gato vomita poco después de comer, es posible que se esté comiendo su vómito porque huele y sabe similar a su comida. Además, dado que a los gatos les encanta la comida caliente y maloliente, su vómito puede ser especialmente tentador para ellos.
¿Qué hago si mi gato come su propio vómito?
Si bien un gato que vomita y se lo come no es un gran problema, es mejor desalentarlo. Trate de limpiar el desorden tan pronto como pueda, lo que disuade a su gato de tratar de consumirlo. Si tu gato solo vomita una vez y no hay sangre en el vómito, o si simplemente tose una bola de pelo, no hay motivo de preocupación. Observe atentamente a su gato para ver si vomita nuevamente o si comienza a exhibir algún otro comportamiento inusual. Si es así, lo mejor es ponerse en contacto con su veterinario de inmediato.
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